La frontera surenha entre Laos y Camboya esta en el culo del mundo, en un lugar remoto sin poblaciones, tan solo los edificios aduaneros. A pesar de ello son bastantes guiris los que cruzan por ahi. El problema es la corrupcion a ambos lados. Por sellarte la salida, los oficiales laosianos te exigen dos dolares y cinco mas los camboyanos por sellarte la entrada. O pasas por el aro o no mueven un dedo. Nosotros lloramos pero solo sirvio para perder el tiempo.
A finales de marzo el calor es agobiante. Si se te ocurre pensar en algo la frente comienza a sudar. Madrugamos para hacer llevaderas las etapas pero alguna sale larga y se hace demasiado dura. Seguimos hacia el sur, primero por la ruta principal en obras y luego por una secundaria pegada a la orilla del Mekong, mucho mas interesante. Las aldeas se suceden sin descanso y los ninhos nos saludan con un "hello" en lugar de su lengua natal.
La ruta es llana pero el viento sopla de cara. La capital tiene un millon de habitantes pero afortunadamente la mayoria, como mucho dispone de una moto, asi que entrar en la urbe no nos supone mayor problema. Ahora nos toca buscar una llanta nueva para Chujai, a ver si aqui tenemos suerte.
Un buda algo coqueto.
Un camioncillo sale caro. Mejor tiro de un carro con la moto.
Familia camboyana. A pesar de su juventud esa ninha ya es la tercera hija.
A las puertas de un colegio.
Traccion a las ocho patas.
No somos los unicos ciclistas.
Guerreros khemeres custodiando un templo en Kampong Cham.
Los altos palmitos forman parte del paisaje.
Mercado de Skun. La duenha del puesto a la espera de clientes.
Nuestra llegada a Phnom Penh.
Saludos ;-)
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